martes, 14 de abril de 2009

¡MAMÁ, TE ODIO! (por María)

¡Qué frase terrible, pero tan usada por nuestros niños! ¡Y hay que soportarla!
Yo me doy cuenta que a veces cuando escucho esa frase, es que estoy haciendo las cosas bien.
Es muy difícil poner un límite, muy trabajoso, pero sabemos que son necesarios.
Tendría infinidad de anécdotas para contarles que terminaron con esas frases por parte de mis hijos. Infinidad.
Guadalupe y Manuel son muy diferentes. Ella tiene ocho años y Manuel cuatro. Guadalupe es más reservada, pero sumamente obstinada. En cambio Manuel no para de hablar, y cuando se le mete algo en la cabeza no deja de taladrarte los oídos hasta que te convence o se cansa (cosa que rara vez pasa). Pero los dos a su manera intentan conseguir todo lo que quieren. Y no siempre se puede darles todo lo que quieren, y no siempre se debe.
“¿Y ahora a dónde vamos a ir?” Es capaz de preguntarme Guadalupe después de un día entero que haber ido a jugar a la casa de su amiguita, luego a jugar a la plaza y de haber salido a pasear por ahí.
¿Es que nada los conforma? Siempre es mi primer pensamiento. Y seguramente nada los conforma.
Entonces ante mi respuesta: “Ahora es momento de volver a casa, bañarse, comer y dormir” empieza el berrinche.
“Yo quiero que venga una amiga a dormir” “Yo quiero ir al Shopping” “Quiero ver una película” “Quiero ir a comer a Mc Donalds”. Y tantas otras opciones más que siempre se le ocurren.
Y el “no” les duele en el alma. El “no, ya por hoy fue suficiente”, les revuelve las tripas, pero ese “no”, es necesario, ¿no?
No solamente porque uno esté cansado y ya a las ocho de la noche lo único que quiere es que los chicos coman y se vayan a dormir y tener uno un ratito de tranquilidad. Sino también por ellos.
Eso es lo que yo creo, ellos tienen que entender que en la vida no se puede tener todo lo que quieren permanentemente. Porque en la vida real, es así.
No siempre van a conseguir todo lo que quieran, no siempre van a recibir la respuesta que quieran. Porque en la vida, mal que nos pese, hay reglas que seguir.
Y yo creo que los límites sirven para ordenarse, les sirven a ellos para ordenarse, para tener alguna especie de seguridad.
Si uno permanentemente les dijera que sí a todo, sería un gran caos. Se dormirían a cualquier hora, y seguramente en la cama de los papás y no en la suya, se bañarían el día que tuvieran ganas, comerían papas fritas y alfajores permanentemente y verían la tele hasta que se le cerraran los ojos.
El “no” me parece que los prepara para la vida. Yo no tengo un montón de cosas que me gustaría tener, hay un montón de cosas que me gustaría hacer y que no puedo. Pero puedo vivir y disfrutar de lo que sí tengo y eso es lo que intento transmitirles a ellos.
Tal vez es por eso que puedo soportar ese “¡Te odio, mamá!”

5 comentarios:

  1. Imagino que no es facil escuchar eso, por eso tantas madres prefieren seguirle la corriente a sus hijos y esos son los que vemos armando berrinches en el supermercado, tirándose al piso hasta que la mamá cambia el cereal de avena por uno de chispas de chocolate. Definitivamente los padres (ambos dos) necesitan involucrarse en la educación de sus hijos, poner límites y ser firmes en sus decisiones. En mi caso, jamás fuí capaz de fastidiar a mi mamá para que me llevara a algún sitio o me comprara algo...con un simple y escueto "No" que ella me daba ya sabía que no debía insistir.

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  2. María: la segunda frase me devolvió el alma al cuerpo después de un "te odio" de mi hijo; es cierto, duele mucho, pero seguramente, en ese momento, a él le estamos haciendo un bien. Muchas gracias.

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  3. Yo quiero mucho a mi mamá, pero peleamos con mucha frecuencia porque ya soy grande (23 años) y ella se quiere seguir metiendo en mi vida como cuando tenía 7 años. Me entristece que sea así porque siento que de esa manera me subestima como persona y como mujer, yo trabajo, estudio, no tomo, pero aún así ella no me tiene confianza. Sé que quiere aportar algo bueno, que se preocupa por mí, pero esa preocupación es exagerada, y no quiero que interfiera con mi vida personal.
    Así que a todas las medres les digo que está bien preocuparse por el bienestar de sus hijos, pero no se excedan!!! Determinen cuál es el límite de las cosas, porque asfixian a sus hijos con tanta preocupación.
    Y también vean el lado positivo de las cosas!! No sean tan negativas!! los hijos necesitamos palabras de aliento, necesitamos seguir adelante, sacar lo bueno de lo malo, no que nos digan que todo es una catástrofe terrible y constante.

    Saludos.

    P.D.: Mamá te quiero, pero me gustaría que fueras diferente para que no me hagas tanto mal.

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  4. Acabo de leer tu comentario (me refiero al de la mujer de 23 años) y me sentí sumamente identificada.
    Hoy soy madre(todavía de chicos chicos) pero también fui hija. Hoy ya no tengo a mi madre, pero cuando la tenía, aunque la amaba profundamente chocaba mucho con ella.
    Y sentía esto mismo que decís vos. Por más que ya era grande y estaba casada ella seguía opinando sobre mi vida, critacando mis gustos, dandome consejos que seguramente para ella eran buenos, pero que distaban mucho de mi realidad.
    Yo creo (ahora que también veo las cosas desde el otro lado) que una madre que sea sana mentalmente nunca va a querer hacerle mal a un hijo, no concientemente, pero seguramente muchas veces se equivoca. Yo trato de hacer lo mejor por mis hijos y muchas veces veo que el resultado no es el que esperaba. Lo importante está en saber donde parar. Hay un momento en donde uno ya no puede dirigir la vida del otro, tiene que dejar que cada uno elija su destino. Aunque uno no crea que es el correcto. Seguro que es fácil decirlo, no sé si será tan fácil hacerlo...
    Decile a tu mamá lo que sentís, a veces los padres necesitamos un sacudón para darnos cuenta que nos estamos mandando una macana.
    Y gracias por tu comentario. Te aseguro que va a aparecer en mi cabeza muchas veces cuando esté hablando con mis chicos!!
    Un beso!
    María

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  5. no señoras,no se esxcusen diciendo q estan haciendo todo bien, xq muchas veces no lo hacen,en primer lugar los niños o jovenes q dicen eso muy amenudo es xq bueno,son engreidos y saben como controlar a sus madres(es la verdad) sin embargo muchos hijos pronuncian esas palabras con miedo y angustia en su cuerpo,pero ya no pueden aguantar,necesitan ser escuchados,y como la gran mayoria de veces ustedes no nos dejan hablar,solo tenemos unos pocos segundos para decirles lo q sentimos antes de q nos callen,asi q no es verdad q si escuchan esa palabra es xq hacen las cosas bien,eso es solo lo q diran las madres para no aceptar q no comprenden lo q alguna vez pasaron pero q se les es dificil recordar

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