lunes, 22 de junio de 2009

VOLVER A SER MUJER (por María)

El tema de este artículo se me ocurrió en cuanto me puse frente a la computadora. Es que me dí cuenta que habían pasado varias semanas sin que yo pudiera dedicarme a hacer esto que tanto me gusta: sentarme a escribir.
Cuando uno tiene un hijo, las prioridades se revolucionan. Al principio no hay nada más importante que esa nueva criaturita que ocupa todos tus pensamientos, tus miedos, tus ilusiones. Ese hijo es en lo único que podés pensar. Y no sólo porque lo deseabas, lo esperabas, lo soñabas. Sino, porque al tenerlo te das cuenta que depende absolutamente de vos. Que necesita de vos para alimentarse, para dormir, para vestirse, para empezar a convertirse en una personita. Ese bebé depende de tu mirada, de tu voz, de tu cuerpo.
Y es en ese preciso momento en donde uno deja de ser mujer para convertirse en mamá.
En mi caso, no me lo planteé. No había nada más en qué focalizarme que en la crianza de mis hijos. Era lo que se debía hacer, yo estaba para eso. No me importaba salir con la ropa manchada de comida, me olvidaba de peinarme. Toda mi energía y tiempo estaban dedicados a cuidar y criar a esa personita que había llegado a la familia.
Pero de golpe, un día me dí cuenta que los chicos estaban creciendo, que ya tenían momentos en donde no me necesitaban y que yo podía tener momentos para mí.
No es que antes no los anhelara, pero los veía imposibles de conseguir.
Y fue así, que descubrí que hacía meses que no me compraba ropa, que hace años que no pisaba un gimnasio, que ya ni recordaba cómo era eso de ir a la peluquería. Y ni hablar de dedicarle tiempo a mis gustos, al estudio, etc.
Y me fue muy difícil volver a recuperar estos espacios propios, porque siempre había algo más importante que hacer, porque siempre estaba primero el bienestar de los chicos. ¿No les ha pasado cientos de veces que ven algo de ropa que les encanta, pero que prefieren comprarle esa campera que los chicos necesitan y terminan quedándose sin dinero para comprarse lo que les gustaba? A mí sí, aún hoy me sigue pasando. Si yo tengo que decidir en quien gastar tiempo o dinero siempre ganan los chicos.
Para mí es complicado lidiar con esto de ser mamá y ser mujer. Me llevó tiempo entender que puedo ser las dos cosas y no sentir culpa.
Calculo que para los hombres será más sencillo. Ya que es algo cultural. El hombre se va a trabajar y es la mujer la encargada de los chicos y de la casa.
Pero en la sociedad actual, la mujer trabaja a la par del hombre y sin embargo sigue siendo quien se encarga de los hijos y de que el hogar marche sobre ruedas. Y la mayoría de las mujeres que trabajan varias horas fuera de su casa, sienten culpa por no poder estar más horas con sus chicos, aunque el trabajo las llene de satisfacciones y logros personales.
Por eso, cuando me senté frente a la computadora, me surgió ese pensamiento. ¡Qué difícil volver a ser mujer! Y no sólo mujer por cuidar el aspecto personal, por volver a ocuparse de una. Sino por volver a ser una persona que puede ser deseada y deseante y no sólo una madre que siempre va escudada atrás de los hijos, cargada de mochilas, deberes, mocos, pañales y preocupaciones.
Yo necesito mis espacios para dedicarme a lo que me gusta, más allá de mi trabajo. Para sentirme plena, más allá de mis hijos.
Esos son los momentos que reclamo y que no quiero volver a ceder. Porque además pienso que es mucho más sano para nuestros hijos que nosotras tengamos nuestros propios centros de interés y no que vivamos nuestra vida a través de ellos.
El tema será poder conjugar estos dos aspectos de nuestra vida y vivirlos lo mejor que podamos, sin sentir culpa.

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